La marchitez por Verticillium es una enfermedad formidable que afecta a una amplia variedad de plantas cultivadas en todo el mundo. Esta enfermedad fúngica ataca a más de 300 especies de plantas, comprometiendo su desarrollo y, en los casos más graves, su supervivencia. Descubramos cómo identificar mejor los síntomas y qué soluciones aplicar para combatir la marchitez por verticillium.
¿Qué es la marchitez por verticillium?
La marchitez por Verticillium, también llamada marchitez por verticillium, es una enfermedad fúngica causada por hongos del género Verticillium . Estos microorganismos pertenecen a la familia Plectosphaerellaceae , principalmente Verticillium albo-atrum y Verticillium dahliae .
Esta enfermedad afecta a una amplia gama de plantas, más de 300 especies, entre las que se encuentran cultivos de gran importancia económica, como la patata , el tomate, la alfalfa, el olivo y los rosales, por citar sólo algunos. Su impacto es especialmente temido en la agricultura y la horticultura por las pérdidas que puede causar.
El marchitamiento por Verticillium se encuentra en muchas regiones del mundo, siendo las zonas templadas particularmente propicias para Verticillium albo-atrum . Este hongo se desarrolla idealmente alrededor de los 21°C, pero cesa su actividad por encima de los 30°C. Verticillium dahliae , por otro lado, prospera en climas tropicales y subtropicales, con una temperatura óptima entre 25 y 27°C.
Ciclo de desarrollo
En el suelo, Verticillium dahliae sobrevive gracias a los microesclerocios, estructuras resistentes capaces de sobrevivir a condiciones extremas, como la sequía o las altas temperaturas. Por su parte, Verticillium albo-atrum forma un micelio espeso que cumple una función similar, asegurando la longevidad del hongo.
La infección comienza por la penetración de las raíces , ya sean sanas o dañadas por heridas. Una vez introducido en la planta, el hongo coloniza los vasos conductores. En esta etapa produce esporas que se mueven con la savia, facilitando la rápida invasión de los tejidos internos.
La transmisión del patógeno se produce principalmente a través de suelos contaminados , pero en su difusión también participan otros vectores, como el agua, el viento o las herramientas agrícolas . El contacto con plantas hospedantes infectadas o el uso de semillas contaminadas también pueden propagar la enfermedad.
Al final del ciclo, cuando la planta huésped muere, el hongo regresa al suelo formando estructuras de supervivencia, como microesclerocios o micelio latente. Estas formas persistentes pueden permanecer activas en el suelo hasta por 14 años, lo que hace que el manejo de la enfermedad sea particularmente complejo.
¿Cuáles son los síntomas de la marchitez por verticillium?
La marchitez por Verticillium provoca daños variados según la especie de planta afectada, pero ciertos síntomas característicos permiten identificarlo. Estas manifestaciones resultan de la colonización de los vasos conductores por el hongo, alterando así la circulación de agua y nutrientes. Estos son los principales síntomas observados:
- Marchitez de las hojas : Las hojas pierden su turgencia dando a la planta un aspecto caído.
- Decoloración gradual : las hojas cambian del verde pálido al amarillo y pueden presentar zonas necróticas.
- Enrollamiento del borde de la hoja : Las hojas se curvan hacia adentro, un sello distintivo de la enfermedad.
- Raíces poco afectadas : el sistema radicular suele permanecer intacto, aunque la planta parece sufrir estrés hídrico.
- Condiciones agravantes : el calor y el sol exacerban los síntomas, aumentando la gravedad del daño.
- Decoloración vascular : una sección transversal de los tallos o raíces revela vetas marrones en los tejidos vasculares, lo que indica la presencia del hongo.

En situaciones avanzadas, toda la planta se marchita y finalmente muere, provocando importantes pérdidas en los cultivos.
Prevención y tratamiento de la marchitez por verticillium.
La lucha contra la marchitez por verticillium se basa inicialmente en prácticas preventivas y métodos de gestión adecuados. Estas acciones tienen como objetivo limitar la propagación del hongo en el suelo y proteger los cultivos sensibles.
Estas son las medidas más efectivas:
- Elección de material sano : utilizar semillas, tubérculos y esquejes certificados libres de patógenos para reducir el riesgo de introducción del hongo en los cultivos.
- Seguimiento periódico : inspeccionar frecuentemente los cultivos ayuda a detectar los primeros síntomas, facilitando una intervención rápida.
- Rotación de cultivos : alternar con especies no susceptibles reduce la presencia del hongo en el suelo, privándolo de sus huéspedes habituales.
- Variedades resistentes : optar por cultivares conocidos por su tolerancia al marchitamiento por verticillium puede limitar los impactos de la enfermedad.
- Higiene de las herramientas : desinfectar los equipos agrícolas después de cada uso, especialmente después de manipular plantas infectadas, evita la propagación del hongo de una parcela a otra.
- Gestión del suelo : una labranza cuidadosa del suelo, acompañada de prácticas culturales adecuadas, puede reducir las condiciones favorables al desarrollo del patógeno.
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