El mildiú polvoroso, una enfermedad fúngica muy extendida, representa una amenaza constante para los viñedos de todo el mundo. Este hongo no sólo compromete la salud de las vides, sino también la calidad y el rendimiento de las cosechas. Pero ¿cómo podemos identificar sus daños e intervenir a tiempo para limitar su propagación? Descubre todo lo que necesitas saber sobre esta enfermedad y descubre nuestras soluciones y protocolos de control.
¿Qué es el mildiú polvoroso de la uva?
El oídio de la vid, causado por el hongo Erysiphe necator ( Uncinula necator ), es una enfermedad fúngica que afecta exclusivamente a la vid. Este parásito, incapaz de sobrevivir fuera de esta planta, ataca a sus diversas partes, comprometiendo su desarrollo y productividad.
Originario de América del Norte, el oídio se introdujo en Francia en 1847, en la región de París, antes de llegar a Burdeos en 1852. Desde entonces, se ha extendido a todos los viñedos franceses y mundiales, convirtiéndose en una amenaza constante para los cultivos.
Aunque las infecciones tempranas son invisibles a simple vista, se desarrollan rápidamente, lo que hace que sea complejo controlarlas. El oídio es una de las enfermedades más importantes de la vid hoy en día.
¿Cuáles son los factores que favorecen el desarrollo?
El desarrollo del mildiú polvoroso en la vid depende en gran medida de las condiciones ambientales:
- Las temperaturas entre 20 y 25°C proporcionan condiciones óptimas para el crecimiento del hongo.
- Alta humedad : un alto nivel de humedad, combinado con poca luz, favorece su desarrollo.
- Dispersión por el viento : Las esporas de mildiú polvoroso son transportadas por el viento, lo que facilita su propagación en áreas extensas.

¿Cuáles son los síntomas del mildiú polvoroso en la vid?
El mildiú polvoroso de la vid se observa en diferentes órganos de la planta:
En brotes jóvenes
Los primeros ataques de oídio aparecen en los brotes jóvenes por una ralentización de su crecimiento. En las variedades de uva sensibles aparece una pelusa blanquecina , signo de colonización activa del hongo. Estos síntomas afectan la vitalidad de las plantas desde su desarrollo inicial.
En las hojas
Las hojas afectadas presentan manchas aceitosas que adquieren una textura polvorienta , particularmente visible en la superficie superior. Las costillas de abajo se vuelven negras. Las láminas de las hojas se deforman y los bordes se rizan.
En los clusters
En las bayas, el mildiú polvoroso forma una fina capa gris parecida a la ceniza. Este polvo, compuesto de micelio y conidios, provoca la muerte de las células superficiales y provoca el estallido de los frutos. Este daño mecánico expone las bayas a otras infecciones y los racimos enfermos desprenden un olor a moho que perjudica su calidad y comercialización.
En los sarmientos
Los sarmientos no se salvan. Antes de madurar aparecen manchas marrones que luego evolucionan a un tono rojizo. En otoño se forman cleistotecios en forma de ampollas oscuras, que marcan la persistencia invernal del hongo.
¿Cuál es el impacto del oídio en los viñedos?
Las consecuencias del oídio en la viticultura suponen importantes pérdidas para los viticultores. La reducción del rendimiento es uno de los primeros efectos observados, ya que las bayas afectadas no pueden alcanzar la madurez completa. La calidad de la fruta se deteriora, lo que afecta directamente a la calidad de los vinos producidos.
Las explosiones de bayas promueven la entrada de patógenos secundarios como Botrytis, lo que aumenta las infecciones y las pérdidas. El deterioro de los racimos de uva compromete así toda la cadena productiva, desde la cosecha hasta el embotellado, impactando en la rentabilidad de las fincas.
Desarrollo y biología del oídio
El mildiú polvoroso en la vid adopta diferentes estrategias para atravesar los periodos invernales y redistribuirse en primavera. En forma de micelio , se asienta en yemas latentes, donde sobrevive hasta la recuperación vegetativa. Durante esta fase, provoca brotes atrofiados acompañados de hojas rizadas, a menudo llamados “síntomas de bandera”. Otra forma de conservación se basa en los cleistotecios , pequeñas estructuras esféricas situadas en la corteza de las vides. Estas últimas liberan ascosporas en primavera, favorecidas por la acción de la lluvia.
El ciclo biológico del hongo se desarrolla en dos etapas. La contaminación primaria comienza con la aparición de ascosporas y la activación del micelio hibernante, afectando a los tejidos jóvenes de la vid. Luego entra en juego la propagación secundaria , gracias a los conidios transportados por el viento. Estas esporas encuentran rápidamente zonas receptivas, como hojas o racimos, donde germinan, desencadenando una nueva fase de infección. Este mecanismo hace que el oídio sea particularmente agresivo en condiciones favorables.
Lucha contra el oídio en la vid
El manejo del mildiú polvoroso se basa en una combinación de prácticas culturales apropiadas y un mayor monitoreo. Los períodos cálidos y húmedos son ventanas de oportunidad para que el hongo se propague. Durante estas fases es necesaria una vigilancia especial para detectar los primeros signos de contaminación.
La aireación de las vides juega un papel clave en la prevención. Reduciendo la densidad de plantación y realizando intervenciones como el deshoje o el desbrote, es posible limitar la humedad entre las plantas.
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